Esto lo sabe mucha gente, pero esta semana me paso con un señor.
Venía a por una lámpara de faro (una H4) y me decía que era la segunda que cambiaba en 15 días. A ver si estaban mal o tenía algún problema eléctrico en el coche.
El asunto en cuestión era que el señor al sustituir la lámpara la cogía con la mano por el cristal.
Como digo, es conocido que en este tipo de lámparas no se debe tocar el cristal.
¿El motivo? Estas lámparas halógenas sustituyen el vidrio por un compuesto de cuarzo para soportar mejor el calor. El inconveniente es que si tocamos ese cuarzo con las manos, la grasa presente en nuestra piel se adhiere a él y cuando este alcanza temperatura provoca una reacción química que lo desvitrifica volviéndolo poroso. El resultado es la pérdida del gas halógeno que protege el filamento, provocando que este se rompa o incluso que la ampolla explote.
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